"Estadio seguro, estadio amable"
Esta frase está plasmada en el boleto del partido América vs Cruz azul del día 28 de septiembre del 2008. Hoy, 4 horas después del término del partido, pienso lo contrario.
Parecía una ida al estadio común y corriente. Llegué a la casa de uno de mis mejores amigos, Rodrigo del Oso, y nos disponiamos a salir con su hermano Aldo y sus amigos al estadio Azteca.
Rodrigo y yo, tomamos un taxi y nos adelantamos para recoger a otra amiga, una simpática niña de nombre Luisa. Al recogerla, partimos sin más interrupciones al "Coloso de Santa Úrsula", claro, no sin antes burlarnos de Rodrigo, ya que Luisa y yo somos americanistas, en cambio Rodrigo, le va al cruz azul.
Llegamos un poco retrasados al imponente inmueble - ya nos esperaban el hermano de Rodrigo y sus amigos -. Rodeamos el estadio para vernos con 3 personas más. Repartimos los boletos e ingresamos.
Llegamos temprano, una hora antes del partido. Al sentarnos en nuestros lugares, los equipos ya estaban calentando. Esperamos unos cuantos minutos. Comenzó el partido.
El América, con Cabañas y Óscar Rojas recuperados de sus lesiones. El cruz azul, sin ninguna variante en su esquema táctico. El conjunto emplumado tomaba las riendas del partido, y muy temprano, Cabañas bajó con el pecho un centro de más de media cancha y cruzó al portero cementero Yosgart Gutierrez. Minutos más tarde, en un tiro de esquina, Cabañas hizo el segundo gol para los azulcremas. En la segunda mitad, un cruz azul con Carrusca y Sabah sin asustar a Guillermo Ochoa. Un América decidido con fallas en la delantera. Un segundo tiempo bueno, pero no tan emocionante como el primero. Terminó el partido 2-0 en favor del América.
Luisa y yo, americanistas de corazón, nos burlamos de Rodrigo y su hermano por la mala actuación su equipo. Salimos todos del estadio satisfechos por el clásico jóven que acabábamos de presenciar.
En las afueras del estadio azteca, nos volvimos a separar en 2 grupos: Rodrigo, Luisa y yo en un taxi; Aldo y sus dos amigos en otro. Ingresamos en los vehículos. El taxi que me tocó, avanzó unos metros y el chofer nos dijo que la cuota por llevarnos del azteca a la colonia del Valle, sería de 150 pesos, un robo, decidimos bajarnos en un boliche de Tlalpan.
Decidimos llamarle a un taxi de sitio para que nos recogiera. En eso, vimos a menos de 10 metros a los de la porra americanista.
Los vándalos, pasaron junto a nosotros y le gritaron una grosería a Rodrigo, otro de ellos lo cacheteó por el simple hecho de tener la playera cementera, Rodrigo contestó la agresión con un empujón. De la nada, un puño se dirigió a la cara de mi amigo y 5 americanistas se acercaron para empezar una pelea.
Me interpuse entre los agresores y Rodrigo para evitar una trifulca, mi playera americanista me salvó de ser agredido por la porra, después de calmar las aguas, decidieron dejarnos en paz, dejando a Rodigo con un ojo morado.
Lo impresonante, es que habían policías observando la escena y no hicieron NADA. Nos dejaron con la encomienda de arreglar tremendo problemón. 40 fanáticos del América, contra 3 aficionados, y uno de ellos, mujer. Lamentable
Por suerte no pasó a mayores, pero hay personas que no tienen la misma suerte.
Llegaron por nosotros después de 45 minutos y nos fuimos con una mala experiencia y con la adrenalina invadiendo nuestros cuerpos.
Después de esta experiencia me doy cuenta de lo que viven miles de aficionados fuera de los estadios, la inseguridad no se va a detener. Las autoridades, cobardes, fuimos más valientes nosotros que ellos. México sigue por los suelos, y no se ha hecho nada para mejorar esta situación que viene desde hace mucho. Las porras en el futbol mexicano, son un verdadero peligro para los aficionados que solo buscamos sano entretenimiento. A mi pinto de vista, los más peligrosos, son los de Pumas, América, Atlas, Toluca y Chivas.
Sólo he tenido encuetros con los del Toluca, en el estadio azul; y con los del América, hoy en la tarde.
"Estadio seguro, estadio amable"....
